Paraíso escondido en Formentera
Published on: octubre 17, 2025

Ven a las Islas Baleares y vive en Formentera

Esta pequeña isla mediterránea es una de las verdaderas joyas de España, un pequeño rincón del mundo donde las arenas blancas se encuentran con las aguas turquesas y la vida transcurre a un ritmo más lento y elegante. Sin aeropuertos, sin multitudes, solo un puñado de tranquilas carreteras que conectan pequeños pueblos y playas secretas. Esa es la belleza de Formentera: sencillez, paz y la sensación de haber encontrado un lugar que el tiempo no ha tocado.

Con solo 82 kilómetros cuadrados, Formentera es la más pequeña y meridional de las Islas Baleares. Junto con Ibiza, forma parte de las Islas Pitiusas. La isla se extiende a lo largo de unos 20 kilómetros, estrechándose hasta solo dos en su punto más delgado. Mayoritariamente llana, se eleva en su pico más alto, La Mola, a 193 metros sobre el nivel del mar, donde espectaculares acantilados se precipitan hacia el azul infinito.

Ven a las Islas Baleares y vive en Formentera

Durante siglos, la sal fue el sustento de la isla. Las antiguas salinas brillaban con un tono rosado bajo el sol y fueron la principal fuente de ingresos hasta 1985, cuando finalmente cesó la producción. Hoy en día, Formentera vive del turismo, pero aún se pueden ver rebaños de ovejas descansando bajo higueras, cuyas ramas se sostienen con vigas de madera al estilo tradicional.

Solo se puede llegar a la isla en ferry desde la ciudad de Ibiza, lo que lleva unos 30 minutos en ferry de alta velocidad. Este simple hecho es lo que hace que Formentera sea tan exclusiva: una joya escondida a solo un corto trayecto en barco.

La vida y la gente en Formentera

Solo unas 12 000 personas viven en Formentera durante todo el año, pero en verano esta cifra aumenta con la llegada de turistas de todo el mundo en busca de sol.
Sin embargo, incluso en pleno verano, en agosto, la isla nunca parece tan caótica como sus islas vecinas.
No hay grandes complejos turísticos, solo pequeños hoteles, fincas y casas de playa escondidas entre los pinos. El ritmo aquí es lento: las mañanas comienzan con el sonido de las olas, las tardes se pasan disfrutando de largos almuerzos y las puestas de sol parecen pequeñas ceremonias. Formentera es un lugar donde puedes desconectar, respirar hondo y redescubrir el simple placer de no hacer nada.

Playas y vida real en Formentera

Las playas son lo que hace famosa a esta isla. Son la razón por la que los viajeros se enamoran de Formentera y vuelven año tras año.

Ses Illetes, en el extremo norte, es el icono de la isla: una franja de arena blanca y fina rodeada por aguas turquesas poco profundas a ambos lados. A menudo incluida entre las playas más bonitas del mundo, es lo más parecido al Caribe que encontrarás en Europa. Justo al este se encuentra Platja Llevant, donde las dunas onduladas y las suaves olas atraen a quienes buscan paz y libertad natural. Más al sur, la larga y salvaje playa de Migjorn ofrece kilómetros de arena suave y calas rocosas, perfectas para caminar descalzo, parar a comer o ver cómo el sol se funde con el mar. Si prefieres la intimidad, Cala Saona te encantará con sus aguas tranquilas y cristalinas enmarcadas por acantilados rojos, mientras que Caló des Morts parece un secreto, una pequeña cala rocosa donde el tiempo desaparece. Elijas el lugar que elijas, la arena es fina, el agua increíblemente clara y el ambiente de pura serenidad.

Vive y disfruta del mar en Formentera

La magia de Formentera reside en sus aguas cristalinas. Bajo las olas, la isla esconde uno de los mundos submarinos más ricos en especies del Mediterráneo. El fondo marino está protegido por extensas praderas de Posidonia oceanica, una hierba marina tan importante que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este bosque vivo mantiene el agua clara y alberga una increíble variedad de vida marina.

Si te gusta bucear, Formentera ofrece lugares inolvidables, desde La Mariana y El Arco hasta las cuevas de Punta Rasa. Lo más impresionante es el naufragio del Don Pedro, el más grande del Mediterráneo, que yace en el fondo del mar cerca de Ibiza con una longitud de 140 metros. Hoy en día es el hogar de barracudas, morenas y coloridos meros.

Los faros de Formentera

En el extremo sur de la isla se encuentra el faro de Cap de Barbaria, rodeado por un paisaje lunar de rocas planas y arbustos moldeados por el viento. El paseo hasta el final parece un viaje a otro mundo, y la puesta de sol aquí, de un naranja intenso que se desvanece en violeta, es pura magia. Cerca de allí, a través de un pequeño agujero en el suelo, se encuentra Sa Cova Foradada, una cueva escondida que se abre a un balcón natural sobre el mar.

Al este, en los acantilados de La Mola, el punto más alto de la isla, se alza otro icono: el Far de la Mola. Julio Verne describió este lugar como «el fin del mundo». Al estar aquí, con nada más que el cielo y el mar extendiéndose ante ti, comprenderás por qué. Y de vuelta cerca del puerto, el pequeño faro de La Savina da la bienvenida a todos los visitantes, la primera y última imagen de Formentera antes de adentrarse en mar abierto.

Pueblos encalados: el alma de la isla

Los pueblos de Formentera encarnan su tranquila elegancia: sencillos, encalados y atemporales. La capital de la isla, Sant Francesc Xavier, es su corazón palpitante. Con solo 3000 habitantes, sigue pareciendo un pueblo donde todos se conocen. Alrededor de la plaza principal hay encantadoras boutiques, mercados artesanales y cafeterías al aire libre a la sombra de las buganvillas. No te pierdas la iglesia local, que es a la vez fortaleza y santuario, y el ritmo diario de los lugareños charlando mientras toman un café.

La Savina, el puerto de entrada, cobra vida en verano con elegantes yates y relajados restaurantes en el puerto deportivo, perfectos para observar a la gente al atardecer. Cerca de allí, Es Pujols combina la vida playera con una animada vida nocturna: paseos por el paseo marítimo, aperitivos junto al mar y cenas tardías bajo las linternas. Más al este, Es Caló de Sant Agustí conserva la tradición pesquera de la isla con sus cobertizos de madera para barcos y sus sencillas tabernas junto al mar. Y en El Pilar de la Mola, en el punto más alto de la isla, un mercado artesanal semanal llena las calles de artesanía local, joyería hecha a mano y música.

Cada pueblo cuenta una historia diferente, pero todos están conectados por el mismo ritmo tranquilo.

Buenos restaurantes de Formentera

Para disfrutar de una comida especial junto al mar, la isla cuenta con numerosos lugares emblemáticos:

El Tiburón y Gecko Beach Club en la playa de Migjorn, perfectos para almorzar relajadamente con los pies en la arena.

Come to the Balearic Islands and Live in Formentera

La tranquila belleza de Formentera y la naturaleza

Lejos de las playas, Formentera revela una faceta diferente y más tranquila. Entre dunas, lagunas y salinas, la isla protege algunos de los espacios naturales más valiosos del Mediterráneo.
El Parque Natural de Ses Salines abarca más de 14 000 hectáreas entre Ibiza y Formentera, un mosaico de lagos poco profundos, antiguas salinas y tranquilos senderos donde a menudo se pueden avistar flamencos, garzas o aves marinas. La luz aquí es suave y dorada, especialmente al atardecer, cuando el sol se pone sobre las salinas.

En la costa sureste se encuentra la Reserva Marina de la Punta de Sa Creu, una reserva marina de aguas cristalinas que alberga delfines y tortugas marinas. Aquí se permite el buceo con tubo y merece la pena: a pocos metros bajo la superficie se pueden ver praderas marinas, peces de colores y el azul brillante que hace tan especial a Formentera. Si quieres bucear, necesitas un permiso, para proteger este frágil paraíso.

Estos lugares demuestran por qué Formentera es más que sol y playa: es un pedazo de Mediterráneo virgen, tranquilo y animado al mismo tiempo.

Las estaciones más bonitas de Formentera

Cada estación cambia el aspecto de la isla. En verano, especialmente en julio y agosto, rebosa de vida. Los ferris traen visitantes desde Ibiza, las playas están animadas y el mar brilla bajo la luz del sol. Quienes buscan paz y tranquilidad, es mejor que viajen en primavera u otoño: de abril a junio y en septiembre u octubre, la luz es más suave, el mar está lo suficientemente cálido para bañarse y la isla se siente tranquila y relajada.

En invierno, Formentera muestra una cara completamente diferente. Con temperaturas suaves en torno a los 16 °C y pocas lluvias, es ideal para practicar senderismo, ciclismo o equitación. Muchos restaurantes cierran durante esta época, pero en lugares como Sant Francesc o Es Pujols, la vida sigue siendo tranquila y auténtica, una isla solo para aquellos que realmente quieren llegar.

Como Formentera no tiene aeropuerto, solo se puede llegar por mar, y eso es precisamente lo que la hace tan atractiva. Los ferris de Ibiza a La Savina salen con regularidad y tardan entre 30 y 60 minutos, dependiendo de la conexión. Todo parece estar cerca en la isla: en bicicleta, patinete eléctrico o coche pequeño, se puede llegar a casi cualquier lugar en 20 minutos. Los senderos se entrecruzan a través de bosques de pinos, salinas y pequeñas calas por todas partes, perfectos para salir y dejar que el día pase sin prisas.

Si realmente quieres llegar, debes quedarte al menos cuatro o cinco días. Solo así podrás sentir el ritmo de la isla: el paso lento, el viento salado, la luz que lo baña todo con colores pastel.

El espíritu de Formentera

Formentera es más que un destino, es una sensación.
Por la mañana, el aire huele a sal y sol; al mediodía, el mar está tranquilo y claro; y por la noche, el cielo brilla como un infinito dosel de estrellas.
Aquí se olvida el tiempo, el ruido, la presión. Todo se vuelve más sencillo, más natural, más real. Formentera nos recuerda que, a veces, la felicidad solo necesita un rayo de sol, una copa de vino y el sonido de las olas.

Ven a las Islas Baleares y vive en Formentera.

Written by Christian Wolf
Written by: Christian Wolf, CEO

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Preguntas frecuentes sobre Formentera (FAQ)
¿Dónde se encuentra exactamente Formentera?

Formentera es la más pequeña de las Islas Baleares, situada al sur de Ibiza, en el mar Mediterráneo. Forma parte del archipiélago de las Pitiusas, conocido por sus aguas cristalinas, su ambiente relajado y su belleza natural.

¿Cómo se llega a Formentera?

En Formentera no hay aeropuerto, lo que contribuye a mantener la tranquilidad y exclusividad de la isla. La forma más fácil de llegar es en ferry desde la ciudad de Ibiza. El ferry rápido tarda unos 30 minutos, mientras que el ferry regular tarda aproximadamente una hora. En verano, también hay rutas directas desde Dénia, en la península, y desde Palma de Mallorca.

¿Cuál es la mejor época del año para visitar Formentera?

Los mejores meses son mayo, junio, septiembre y octubre, cuando el mar está cálido, la isla está verde y hay menos gente. Julio y agosto son meses animados, pero más concurridos, mientras que la primavera y el otoño ofrecen un clima ideal para montar en bicicleta y explorar la isla.

¿Qué lugares hay que visitar en Formentera?

Aunque Formentera es pequeña, cada uno de sus pueblos tiene su propio ritmo, ambiente y encanto. Juntos, forman el tranquilo corazón de la isla, lugares donde la vida local sigue transcurriendo lentamente, las cafeterías se abren a plazas soleadas y las tardes terminan con una copa de vino y la brisa marina.

Sant Francesc Xavier

Sant Francesc Xavier es la capital de la isla y el principal punto de encuentro. Alrededor de la iglesia encalada se encuentra una bonita plaza rodeada de cafeterías, boutiques y pequeñas galerías. El mercado matutino llena las calles de artesanía local, ropa de lino y joyería artesanal. Por las tardes, las terrazas se iluminan suavemente con música y conversaciones: es un lugar relajado, acogedor y con un encanto local.

Aquí también encontrarás los principales servicios de la isla: bancos, tiendas, agencias de alquiler y un puñado de restaurantes con encanto, como el Café Matinal o la Fonda Platé, perfectos para un desayuno tranquilo o una cena bajo las estrellas.

La Savina

Todos los visitantes llegan a través de La Savina, la ciudad portuaria de Formentera. Durante el día, el puerto deportivo bulle con ferris, barcos de pesca y elegantes yates; por la noche, es un animado paseo marítimo con restaurantes y bares de estilo playero.

Desde aquí se pueden alquilar bicicletas o motos, dar un paseo en barco por la isla o disfrutar de una cena con vistas al puerto en Molo 47 o Quimera. Las puestas de sol sobre la laguna son espectaculares, y para la mayoría de los visitantes son el primer (o último) recuerdo de la isla.

Es Pujols

Si Formentera tiene un centro social, ese es Es Pujols. Este pequeño pueblo turístico combina la vida playera con una animada vida nocturna. El paseo marítimo recorre una bahía de arena suave bordeada de chiringuitos, bares y restaurantes como Chezz Gerdi, perfecto para tomar un cóctel al atardecer y disfrutar de una cena mediterránea con los pies en la arena.

Las tiendas permanecen abiertas hasta tarde, el ambiente es alegre e internacional, y todo está a poca distancia a pie. Es ideal para los viajeros que buscan un poco de ambiente sin alejarse de la playa.

Sant Ferran de ses Roques

Sant Ferran, que en los años 60 era el lugar favorito de los artistas hippies, sigue conservando ese encanto de espíritu libre. Es un pequeño y auténtico pueblo conocido por su mercado de arte local y la música en directo que ofrece las noches de verano.

Aquí se encuentra la Fonda Pepe, toda una institución en la isla donde los lugareños, los músicos y los viajeros se reúnen desde hace décadas. Es sencilla, auténtica y rebosa el espíritu bohemio de Formentera. Alrededor de la plaza principal, pequeñas cafeterías y galerías crean un ambiente cálido y creativo.

Es Caló de Sant Agustí

En la costa norte se encuentra Es Caló, un pequeño pueblo de pescadores que parece detenido en el tiempo. Las cabañas de madera se alinean en las calas rocosas, donde los pescadores aún guardan sus barcos. El agua aquí es cristalina, perfecta para nadar o hacer snorkel.

Para almorzar, Can Rafalet es una visita obligada: su terraza se encuentra justo sobre el mar y sirve langosta fresca, paella y platos tradicionales de la isla. Los alrededores también ofrecen hermosos paseos por la costa y lugares recónditos para nadar.

El Pilar de la Mola

En el extremo oriental de la isla, El Pilar de la Mola se alza sobre los acantilados, ofreciendo unas vistas increíbles del mar y un ritmo de vida más pausado. Dos veces por semana, el pueblo acoge el famoso mercado artesanal de La Mola, donde los artesanos locales venden joyas, artículos de cuero y obras de arte, una tradición que se remonta a la época bohemia de la isla.

Cerca se encuentra el faro de La Mola, un monumento histórico rodeado de espectaculares acantilados y vistas al mar que parecen infinitas. Julio Verne lo llamó una vez «el fin del mundo», y cuando te encuentras allí al atardecer, es exactamente lo que parece.

La vida entre pueblos

Uno de los mayores encantos de Formentera es lo cerca que se siente todo. Los pueblos están conectados por carreteras panorámicas y carriles bici que serpentean a través de bosques de pinos, campos abiertos y lagunas salinas. En 20 minutos, puedes pasar de una tranquila cafetería del interior a una playa escondida o a una animada terraza del puerto.

Cada pueblo cuenta una historia diferente, pero todos comparten el mismo espíritu: sencillez, autenticidad y esa inconfundible sensación de paz que define a Formentera.

¿Cuáles son las playas más bonitas de Formentera?

La isla es famosa por sus playas, cada una de ellas única. Las más populares son Ses Illetes, Migjorn, Cala Saona y Es Caló des Mort. No te puedes equivocar: todas las playas son paradisíacas.

¿Cómo es la gastronomía de Formentera?

Frescos, locales y llenos de sabor mediterráneo. No te pierdas la ensalada payesa, el bullit de peix y los calamares a la bruta. Para cenar junto al mar, algunos de los locales favoritos son Juan y Andrea, Es Molí de Sal y El Tiburón.

¿Hay otras actividades interesantes además de la playa?

Por supuesto. Puedes explorar las rutas ciclistas y senderistas de la isla, visitar el faro de Cap de Barbaria al atardecer, bucear o hacer snorkel entre restos de naufragios, o curiosear por los mercadillos artesanales de El Pilar de la Mola. Las excursiones a caballo y en barco también son formas populares de descubrir rincones recónditos.

¿En qué se diferencia Formentera de Ibiza?

Mientras que Ibiza es animada y cosmopolita, Formentera es tranquila, natural y virgen. Es un lugar para relajarse, donde los días se pasan en la playa, las comidas duran horas y el tiempo parece detenerse. A muchos visitantes les encanta combinar ambas islas para lograr el equilibrio perfecto entre energía y paz.

¿Formentera es un lugar adecuado para familias?

Sí, es uno de los destinos más tranquilos y seguros del Mediterráneo. Las playas están limpias, con aguas tranquilas y poco profundas, y el pequeño tamaño de la isla facilita su exploración. Las familias suelen alojarse cerca de Es Pujols o de la playa de Migjorn, donde todo está cerca.

¿Puedo comprar o alquilar una propiedad en Formentera?

Sí, pero las oportunidades son limitadas, y eso forma parte de la exclusividad de la isla. Las estrictas leyes de construcción mantienen el desarrollo a pequeña escala y auténtico, lo que significa que cada vivienda aquí es especial.

En CW Real Estate Ibiza, ofrecemos acceso a una colección seleccionada de propiedades exclusivas y fuera del mercado en Formentera, desde fincas tradicionales rodeadas de higueras hasta villas modernas con vistas al mar.

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📍 CW Real Estate Ibiza
Ctra. Jesús 101, Edif Centro, Planta Baja, Local 5, 07819 Jesús, Ibiza, España
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